...y en polvo se convertirán

 

  Quién de nosotros no ha tenido en sus manos un libro antiguo o viejo?

No pudimos dejar de observar las manchas que se han formado sobre sus páginas y nunca nos detuvimos a pensar el por qué. Solamente decíamos, qué viejo es este libro y tomábamos con naturalidad ese estado.

Desde que se inventó el papel hasta mediados del siglo XVIII, se lo hacía a mano y con muy pocos elementos químicos, era natural. Pero a partir de entonces hubo gran demanda de libros y comenzó a agregarse alumbre a la pasta para su fabricación Esto daba por resultado un papel más fuerte y se imprimía mucho mejor.

Poco a poco y con el transcurrir del tiempo, el alumbre se convierte en ácido sulfúrico, éste ataca a las fibras, las corroe y pulveriza. Esas son las manchas que vemos en los libros viejos.

 

 

Se ha comprobado que el papel hecho artesanalmente llega a durar más de 500 años .Este papel hecho a mano, por su nobleza es usado para reparar los libros deteriorados. En archivos particulares se reparan de 800 a 1000 libros por año.

Con la tecnología moderna, para reforzar un libro en mal estado se lo coloca en un aparato al vacío para consolidar las fibras y darle más resistencia ante el rasgado.

Lo que sucede es que el tiempo se escapa rápidamente y no se llega a restaurar todos los libros que se van deteriorando.

En las bibliotecas, una tercera parte se desmorona y el resto está siguiendo el mismo camino. Este deterioro sucede por haber usado y estar usando para imprimir papel ácido.

En el Instituto Canadiense de Conservación, se trata a los libros con un proceso especial: se los rocía hoja por hoja con productos alcalinos y esto produce un cambio en la química fundamental del papel.

Estas sustancias son productos químicos alcalinos que neutralizan el ácido del papel y detienen el proceso de deterioro y el papel así tratado sobrevive por mucho más tiempo y según los expertos de este Instituto puede durar siglos,(como sucedía con el papel natural antiguo). A esto se le llama "desacidificación".

El inconveniente que tiene este proceso es que hay que tratar un libro por vez y página por página antes de que el ácido los corroa demasiado. Actualmente en Archivos Nacionales se están desacidificando por montones. Se piensa que se podrá controlar la creciente fragilidad del papel de los libros con tratamientos específicos. Se comienza con introducir libros en recipientes especiales para secarlos al vacío y así pierdan su natural humedad. Luego se bombean a presión químicos alcalinos, éstos saturan al papel y neutralizan sus ácidos. Esto todavía se hace a pequeña escala; éste es el primer Centro de Desacidificación masiva del mundo y opera desde 1981.

El proceso de envejecimiento es acelerado por ácidos que no solo se encuentra en el papel sino también en el aire que los rodea. Esta amenaza proviene del mundo exterior con su aire cada vez más contaminado. La evidencia de los efectos del ambiente sobre las colecciones de las bibliotecas está aumentando drásticamente. El cuero y el papel, en especial el papel de baja calidad, son esponjas del dióxido de sulfuro. Lo absorben completamente y en especial el papel cuando hay un catalizador, que casi siempre está presente, este elemento se convierte en ácido sulfúrico.

A medida que los escapes de los combustibles fósiles aumenta, también lo hace la amenaza contra los libros.

En Chicago se construyó un nuevo edificio sólo para libros. En él la atmósfera es cuidadosamente controlada, la contaminación es filtrada, la humedad y el calor se mantienen por debajo de lo normal, y así los libros allí mantenidos envejecen más lentamente, es una forma de ganar tiempo.

Ese problema es enorme y si no se hace algo pronto para conservar los libros que aún tenemos, no quedará nada qué conservar.-

 

 

 

los libros ...
reveladores de secretos


Con solo mirar el interior de un libro, la tapa y contratapa, se puede reconstruir las odiseas de la obras impresas que tienen siglos de antigüedad, y allí nos cuentan donde se imprimieron y encuadernaron, cuándo y por cuánto fueron compradas, y qienes se sumergieron en sus paginas.

El investigador Pickwoad graduado en la Universidad de Oxford es considerado el máximo especialista en encuadernaciones de los siglos XVI al XIX,.
Actualmente estudia libros antiguos en Alemania España e Italia y trabaja como conservador en una de las bibliotecas mas antiguas de Occidente, la del Monasterio de Santa Catalina, en el Monte Sinaí, Alli en medio del desierto egipcio, nada en un mar de 40.000 libros impresos, y una cantidad equivalente de manuscritos.

El nos enseña como se puede reconstruir la historia a través de las encuadernaciones.

Los investigadores que estudia obras del medioevo por lo general escritas a mano y en latín o griego , comprendidas solo por los eruditos, este investigador se interesó por los libros impresos, Estos últimos estaban escritos en idiomas nacionales, y portaban encuadernaciones mas económicas, lo que los puso al alcance de mas personas.

La pasión de Pickwoad por este tema nació hace 20 años mientras hacía su tesis de literatura inglesa. Desde entonces y para no perder el hilo de los relevamientos que realiza alrededor del mundo, lleva en su computadora una base de datos con la "historia clínica" y detalles curiosos de cientos de libros. Así clasifica geográfica y temporalmente cada obra.

Recordó que esos detalles curiosos de encuadernación (como etiquetas borrosas, firmas e hilos) le permitieron ver que, hasta el siglo XVIII, los libros se comercializaban sin encuadernar. Esto disminuía el peso de la mercancía y se ahorraban costos. Era el lector quien elegía , con la compra el tipo de tapa.

La venta de obras sin tapas, se hizo menos frecuente en el siglo XIX, cuando el aumento de lectores volvió mas rentable el negocio de vender grandes cantidades de libros ya encuadernados.

Luego conto que cuando ingresa a una biblioteca camina sin objetivo aparente paseando la mirada por todos los volúmenes. "Si uno va directamente a lo que busca, puede dejar de ver información muy valiosa".

Decía que la encuadernación es simple pero tiene una historia muy complicada.

Empezó por leer anécdotas del libro mientras fundamentaba cada comentario, señalando pequeñas áreas de la tapa, papeles descoloridos, etiquetas e hilos de la costura, Cada libro parecía una galera de mago, repleta de sorpresas.

Una vez le preguntaron si había descubierto la historia de un libro por unos gusanitos que encontró en su interior. La respuesta fue que los daños que sufren los libros son muy útiles, porque revelan su historia. En una obra en Verona, vio que unos gusanos habían atacado solo uno de los capítulos. Algo similar ocurría con ese mismo capítulo, pero en otros volúmenes. Así descubrió que los capítulos habían viajado por mar sin tapas en distintas cajas, y que se los había reunido en esa ciudad.-

 

 

 

... y en polvo se convertirán
        2°parte


En el articulo anterior vimos como se destruyen los libros a medida que el papel en el que estaban impresos se deteriora a consecuencia de los productos no adecuados utilizados en su fabricación.
En esta segunda parte veremos que no es el único motivo del deterioro de los libros.

Observemos estas imágenes:

 

 

 

 


Los libros tienen un segundo enemigo quizás mas difícil de combatir que el anterior y son los insectos. A éstos se les suman roedores, caracoles, hongos y bacterias que son atraídos por pergaminos, papeles, plásticos, adhesivos, cueros, tintas, telas y maderas.
Anidan y se alimenta produciendo daños en las maderas de estanterías y atacando los materiales con que están encuadernados los libros, además del papel.

Resulta muy difícil proteger bibliotecas y archivos; no podemos combatirlos indiscriminadamente con el uso de insecticidas, pues entre ellos también encontramos insectos útiles que no dañan los libros sino que se alimentan de los dañinos .Sería contraproducente romper este equilibrio.

Los insectos destruyen libros, estanterías etc. debido a que se alimentan de plantas y éstas contienen celulosa, en mayor o menor grado. No es de extrañar que se sientan atraído por las bibliotecas, o archivos de papeles. Otro motivo es que en ellas hay mucha oscuridad y clima húmedo, dos cosas ideales para su habitat.

Hay una clase de avispas, la cartonera, que fabrica su nido con fibras de madera masticada y saliva como adhesivo. Estas provocan un gran daño a una biblioteca por tener la materia prima ya semielaborada.
Otra clase de ellas, las comúnmente llamadas avispas portasierras colocan sus huevos en unas hendiduras profundas hechas en las maderas. Su desarrollo larval es muy lento y pueden salir luego de permanecer allí por años, perforando todo lo que encuentran a su paso, sea papel, plomo, plásticos metales, etc. nada los detiene. El papel dañado por estos insectos parece estar perforado por un balazo.

Encontramos una serie de insectos, coleópteros, que incluyen escarabajos, juanitas, cascarudos, luciérnagas, gorgojos, catitas, etc. etc. Son los más numerosos, abarcan una cuarta parte de todos los animales conocidos y además forma el grupo más grande de insectos que atacan libros.

Las termitas atacan la madera de las estanterías, destruyéndolas.

Controlarlos mediante sus mismos parásitos no fue positivo porque se presentaba el problema de crecimiento explosivo de los atacantes. Pueden tratarse solo como reguladores para frenar el crecimiento excesivo de una especie, pero no como para proteger los libros.
Como vemos el tema es inacabable

 

 

 

 

... y en polvo se convertirán

3°PARTE

 

Solo queda por decir que los libros tienen un tercer enemigo: los usuarios, no los lectores, los que solo tienen libros para adornar un ambiente. Estos no s